18 pinzas de pelo, con y sin flor, que te solucionan un ‘bad hair day’ (y un ‘look’ aburrido)
Y de repente un día Internet, o mejor dicho Instagram, se llenó de pinzas para el pelo. Con previo aviso sí, pues las pasarelas se llenaron de clips hace menos de un año, pero ¿quién esperaba el resurgir de la flor de flamenca, idéntica a las que se llevan en las ferias del sur de España con los vestidos de volantes? Muy pocas, entre ellas la sueca Sabina Sommer, y su firma homónima o la modelo Caroline Brasch, detrás de la otra marca nórdica con predilección por este tipo de accesorio con forma de flor, Caro Editions. Las más caras, éstas. Las más bonitas hemos de admitir que también.
Subirse la flor a la cabeza es tan atrevido como favorecedor. Personajes míticos de la televisión española la llevaron, y la tendencia llega a las calles con un recorrido cultural ya hecho. La pinza recoge, adorna y muta, pues quien dice pinza dice clip u horquilla, pues el objetivo final es decorar y elevar un complemento tan naif, infantil o incluso denostado al considerarse menor o de ir por casa, a lujo. Prada, Gucci o Balenciaga tienen sus propias pinzas y estas valen tanto como un abrigo de piel bueno. Aquí unos cuantos ejemplos:
- Clip de Miu Miu, 300 euros.
- Pinza pequeña de Valentino Garavani, 450 euros.
- Lazo con pedrería de Roger Vivier, 450 euros.
- Horquilla de Gucci con pequeños cristales, 490 euros.
Las pinzas para el pelo también tienen forma de lazo, y afortunadamente para todas, éste viene hecho y con un clip escondido en la parte trasera. Para todas aunque solo algunas se lo pongan, lo estamos viendo en mil formas y tamaños. Con la cinta finísima de raso; con la cinta amplia de terciopelo. Clásicos y escolares, historiados y barrocos con perlas cosidas o incluso con las iniciales de quien lo porta bordadas.
La pinza para el pelo es este invierno la alternativa al balaclava, pues llevar ambos es imposible a no ser que la primera la lleves enganchada (ojo, que también es tendencia) a la bandolera del bolso. Te quitas uno y te pones otra. Con una diversidad de precios amplia y al alcance de todas, el accesorio menos esperado sale, como los leggings, a la calle para no volver a entrar jamás al territorio de casa.
Aquí tienes unas cuantas propuestas para ir a la moda: